Recientemente compramos un nuevo cachorro “Bordeaux” (Chinook) para acompañar a Yuna, nuestra perra de 7.5 años, también “Bordeaux”, luego de la perdida de nuestro otro perro Maciste. Después de una semana, se acostumbraron la una al otro y Yuna se veía más feliz, juguetona e incluso demostrando un comportamiento maternal. En septiembre de 2010 después de un giro brusco, inmediatamente escuchamos a Yuna aullar muy fuerte. Luego de eso, comenzó a cojear y mostraba una espalda curveada. Al siguiente día fuimos a ver a nuestro veterinario, quien sospechaba un estiramiento de ligamento o ruptura. Nos dio calmantes y el consejo de mantener a Yuna tranquila por dos semanas.

Sin embargo, luego de una semana, Yuna sólo empeoraba, no podía mantenerse erguida y casi no podía caminar (teníamos que alzarla con una toalla por debajo de su estómago). De alguna manera nos despedimos de Yuna, pero nuestro veterinario nos aconsejó visitar a la doctora Aharon para una terapia ortomanual. Hicimos la cita, y luego de un examen cuidadoso, la doctora Aharon concluyo que Yuna había tenido un infarto de la medula espinal. La doctora Aharon trató a Yuna realineando sus vertebras y dos dio un sujetador especial para cargarla más fácilmente. De esta manera Yuna podía caminar un poco para recuperar la fuerza en su pierna trasera.

Yuna mejoro su caminar y después de un segundo tratamiento, de medicamentos para uno de sus dedos inflamados y de cuidado comenzó a mejorar progresivamente. Ahora Yuna ha recuperado 26 60% de su habilidad para caminar y se espera que podrá mejorar en un 15% más. Siempre tendrá que tomarlo con calma pero podemos ver que se encuentra mucho más feliz ahora. ¡Qué diferencia comparando con unos meses atrás! La semana pasada visitamos a la doctora Aharon nuevamente y ella estaba tan feliz y sorprendida como nosotros lo estamos de que Yuna se había recuperado tan rápidamente.